jueves, 21 de agosto de 2014

NÜRBURGRING: DÍA 1

..:: Largaron ::..

Día por día, reviviremos según las crónica de la época, cómo transcurrió esa descomunal carrera en Nürburgring con el andar de los Torino y sus principales rivales.

Las primeras horas fueron de estudio, de acomodarse a un largo camino de tres días y medio sin parar. A los pocos minutos de la pre-largada, el lote de punta pisó la recta opuesta y el orden era el siguiente: el Porsche 11 (Haushen-Linge-Steckkonig), el Ford Capri 7 (Glemser-Piot-Schenken), el Torino 2 (Perkins-Canedo-Cupeiro), el Torino 3 (“Larry”-Franco-Copello) y el BMW 2002 de Van Dijck-Carlens-Symens, algunos metros delante del Torino 1 de Galbato-Fangio-Di Palma.

El recorrido del primer giro demandó 14m56s, y el Porsche antes mencionado seguía marcándole el camino al Capri, y un minuto detrás estaban "los nuestros" enfilados como 2-3-1 y marcando 15m30s de acuerdo a lo previsto, luego un par de "Beemes" y los Lancia oficiales.

A las 3.10 de la madrugada, paró Galbato (N° 1) y fue relevado por Di Palma, luego se detuvieron el "3" de “Larry"  para ingresar Copello y el "2" de Perkins, dejando el volante a Cupeiro, todos sin novedades y entrando en confianza con el auto y con la pista.

A las 4 se largaba oficialmente la competencia y al cumplirse 10 vueltas efectivas, Gastón Perkins pasó raudamente en punta, lo seguían: Eduardo Copello, Dieter Glemser (Ford Capri), Khausen (Porsche 911), Kelleners (Mazda R100), Kallstrom (Lancia HF), Enever (Mazda R100), Munari (Lancia HF), Katakura (Mazda R100) y Carlens (BMW 2002).

A las 6.30, el equipo argentino que comandaban Juan Manuel Fangio y Oreste Berta, le avisó a Di Palma que se detenga para darle el volante a "Cacho" Fangio y reabastecerse; unos veinte minutos más tarde, llegó la detención de Perkins por Canedo y Copello por Franco, luego de llenar el tanque de nafta.

El ánimo de los argentinos se entonaba por el abandono de un rival fuerte, el Porsche 911 conducido por Steckonnig entraba a boxes con graves daños de carrocería y estaba fuera de carrera.

El Torino N° 2 de Cupeiro-Perkins-Rodríguez Canedo había cumplido 27 vueltas, pero las computadas eran 23 al despistarse cuando manejaba "el Chino" y torcía dos llantas, el reemplazo demoró 3m40s.

Llegaba la lluvia. 
El mal tiempo, junto con la niebla, se depositó en la recta principal. Entonces había que aflojar el ritmo y de girar en 15 minutos por vuelta, se pasó a caminar en 16 minutos, pero Rodriguez Canedo seguía fuerte para recuperar lo perdido.

Cupeiro se puso al volante del N° 2 y las condiciones del circuito se volvieron imposibles, el agua acumulada era un enemigo implacable y en una curva el auto argentino se fue de largo y quedó colgado con las ruedas motrices en el aire. Los intentos por sacarlo fueron inútiles y el abandono fue la sentencia inapelable (foto).
A las 12 del mediodía, el Lancia Fulvia HF N° 39 se cayó del camino, rompiendo el tren delantero y también debe desertar; el Torino 3 seguía en punta y debía mantener la posición con un rendimiento mejor del esperado y comenzando a sorprender. Al final la lluvia fue un enemigo relativo, porque al bajarse el ritmo el consumo de todo el conjunto fue menor, neumáticos, y frenos fundamentalmente.

El primer balance.
Luego de 15 horas de carrera, había solamente 10 abandonos, la lluvia torrencial cesó y la pista fue mejorando su estado. Los cambios de piloto se fueron sucediendo durante la tarde y todo se encaminaba a la primera noche completa de carrera.

Algunos autos importantes, como el Lancia del campeón de rally Sandro Munari se detuvo para soldar el caño de escape, este elemento era determinante de penalizaciones si excedía el nivel de ruido; luego lo hizo uno de los Datsun oficiales y tras un service completo de frenos, electricidad, y amortiguadores, tareas que le demandaron 14m58s, el auto japonés estuvo a sólo 2 segundos de quedar eliminado.

El otro auto del equipo Datsun hizo su detención programada para cambio de piloto, pero una chispa provoca un enorme incendio al lado del box argentino, hasta que Oreste Berta -matafuegos en mano- logra comenzar al extinguirlo, pero el siniestro acabó con los dos autos nipones en un instante.

Al llegar la medianoche, cerca de cumplirse las primeras 24 horas, el equivalente de 85 vueltas, el director deportivo de la Misión Argentina, Juan Manuel Fangio, indicó que se bajen los 15 minutos por vuelta para contrarrestar el andar del Ford Capri que lo hacía en veloces 13m30s.