viernes, 22 de noviembre de 2013

TC: EL RECUERDO IMBORRABLE

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Han pasado 21 años de aquel duro 22 de noviembre en Lobos cuando la carrera estaba llegando a su final. Aquel medio día parecía que la fiesta se desataba para Chevrolet con uno de sus máximos ídolos ganando una competencia de TC. 

El sol pegaba de lleno en la ruta y el motor de Roberto Mouras volvió a acelerar a fondo , como era su costumbre, pero el destino decidió torcer la historia. Casi como una crueldad de esas que nunca entenderemos la vida dejaba de ser tal y el hombre pasaba a ser una leyenda eterna. La desaceleración, un neumático roto, el auto alocado en su carrera desbocada y el golpe que sello los corazones de todos los que amamos el TC y el automovilismo en su totalidad. 

El silencio inmediatamente encerró la pasión y de a poco lo que nadie quería saber se fue esparciendo por toda la Vuelta de Lobo. Allí "El Toro" se nos fue, nunca lo entenderemos, nunca lo aceptaremos porque sabemos que EL está siempre en una largada, en una aceleración o estirando un frenaje. "El Toro" vuelve en cada chicana que transita un TC, esas chicanas que le dieron el título de Maestro, Ídolo, Genio, y tantos otros adjetivos que los hinchas de todas las marcas decidieron adoptar para un gran piloto del automovilismo.

Quienes lo conocieron cuentan de un hombre recto, muy para dentro de él, tímido y gran persona, que nunca tuvo doble discurso, siempre fue frontal y directo como un buen amigo. Estuvo dispuesto a dar una mano dentro y fuera de la pista.

A su lado, aquel 22 de noviembre viajaba Amadeo González quién unos días más tarde también acompañaría a Mouras en la eternidad. Su acompañante en la carrera disfruto a su lado la pasión y la adrenalina que se desprende del motor de un TC, él, "Huevo" como lo conocían los amigos se nos fue y con el también se nos fue la alegría de ser acompañantes todos del maestro.