jueves, 29 de diciembre de 2011

DAKAR: "ME DA PENA NO ESTAR"



Mar del Plata está desierto de Volkswagen este año. No quedan oficiales en la plana. Salvo la estructura semioficial montada por BMW con el Mini All4 Racing. Lo demás, equipos privados, la esencia del Dakar de los viejos tiempos, de los pioneros. Volkswagen decidió, después de ganar tres años consecutivos -además como primer equipo en la historia en hacerlo con un motor diesel- virar el rumbo en su planificación deportiva y preparar un auto de rally para el Mundial WRC.

Tampoco está en Argentina Carlos Sainz, el campeón de 2010, cuya aventura se inició en esta mastodóntica prueba a finales de 2005, cuando confirmó, después de disputar dos rallies con Citröen, que correría en enero de 2006 el Rally Dakar, algo que otros de su misma procedencia como Ari Vatanen, Juha Kankkunen, Miki Biasion o Colin McRae, ya habían catado.
Carlos, ya con un Dakar en las vitrinas y sin el estímulo de una estructura potente de fábrica detrás que lo aliente, ha dejado su ambición en Madrid para pasar, por fin, unas Navidades en compañía de su familia y alejado del polvo de las llanuras argentinas. "Al no haber equipos oficiales carece de interés para mí la prueba. A esta altura de mi vida no voy a ir a competir con lo que sea", admite el madrileño, que, de cualquier forma, no se desenganchará de la prueba pese a disfrutar con su familia.
"Pienso seguirla por Internet y en televisión, lo haré desde la distancia y veré cómo va", continúa el piloto, que últimamente supervisa muy de cerca la trayectoria de su hijo Carlos, que la temporada próxima competirá en la Fórmula 3 británica dentro de la estructura Carlin, con la que también fue campeón hace varias temporadas Jaime Alguersuari.
Sainz tiene, además, otro cometido, también dentro de Volkswagen, como consejero en el desarrollo del nuevo Polo R WRC que participará en 2013 en el Mundial de rally. Carlos tuvo el privilegio de rodar los primeros kilómetros con ese prototipo en el que VW está metiendo esfuerzos técnicos y económicos para que sea un nuevo coche de referencia en el WRC.
Pero una parte de su cabeza sí tomó el boleto de avión hacia Argentina. "Me da un poco de pena no poder estar allí y que Volkswagen no haya querido estar allí porque, además, tenía ya una evolución del motor probada", explica Carlos, que respeta la decisión de la fábrica alemana de enfocar su futuro en los rallies.
Carlos, una autoridad en las carreras y con una amplia experiencia en el Dakar, se siente con ánimo para ejercer de analista ante la próxima edición entre Mar del Plata y Lima, en Perú. "No sé muy bien cómo irá el recorrido porque sé que sube hasta Perú pero sí puedo anticipar que no hay Dakar fácil y en Sudamérica los últimos han sido durísimos", comenta.

También vaticina un raid muy abierto, propicio para las sorpresas. "Al no haber oficiales puede haber más opciones a que lo gane un privado", agrega, aunque es consciente de que, con la marcha de VW, "ese papel de favorito lo ha tomado un poco BMW".

Y dentro del equipo Mini X Raid, con un Mini construido sobre la base del antiguo BMW X3 figuran dos de los peces gordos. Uno, Stephane Peterhansel, el polivalente campeón que este año persigue el décimo título. "Stephane es, por palmarés en el Dakar, el favorito, pero también Nani puede estar ahí, tiene una gran oportunidad", explica.

No le quita ojo sin embargo a los vigorosos y estridentes Hummer. Uno en manos del polémico Robby Gordon. El otro, con su ex rival y vigente campeón, Al Attiyah. "Habrá que ver cómo va ese coche", dice. El qatarí tendrá de copiloto a Lucas Cruz, viejo conocido de Carlos.