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Luego de la absolución del Consejo Mundial de la FIA a Ferrari, la Fórmula 1 volvió a estar envuelta en un supuesto caso de juego de equipo encubierto ayer en el GP de Italia. En este caso, el sospechado es el equipo Red Bull, a partir de un mensaje por radio de Sebastian Vettel a su box donde explicaba acerca de una merma de potencia y la posterior superación de su compañero Mark Webber para alcanzar la punta del campeonato.
Luego de la absolución del Consejo Mundial de la FIA a Ferrari, la Fórmula 1 volvió a estar envuelta en un supuesto caso de juego de equipo encubierto ayer en el GP de Italia. En este caso, el sospechado es el equipo Red Bull, a partir de un mensaje por radio de Sebastian Vettel a su box donde explicaba acerca de una merma de potencia y la posterior superación de su compañero Mark Webber para alcanzar la punta del campeonato.
"Pérdida de potencia del motor", advirtió por radio un alarmado Vettel. Su Red Bull parecía perder rendimiento por entonces. "Comprendido", respondieron detrás del muro de boxes. Enseguida, el RB6 de Webber superaba sin problemas al auto de su compañero alemán. Aunque poco tiempo después, la máquina de Vettel retomó el ritmo normal.
Para alimentar las dudas, después de la carrera, el jefe de equipo Christian Horner explicó que el problema radicaba en los frenos. Información distinta a lo que se escuchó por radio. "Al principio pensamos que una parte de su visera podría haberse desprendido, pero ahora parece como si los frenos momentáneamente fallaron, probablemente como resultado de golpear un piano", argumentó Horner.
En sus comentarios para la transmisión televisiva en la BBC inglesa, Eddie Jordan (dueño del desaparecido equipo de la F1), recomendó con su habitual sentido del humor y sin vueltas que se incluya a Vettel y su equipo en los próximos Premios Bafta (galardones que se dan paralelamente a los Oscar pero que premian a las peores películas y actores) por su forma de actuar.
