sábado, 14 de marzo de 2015

EUSEBIO MARCILLA, EL CABALLERO DEL CAMINO...

14 de Marzo de 1953 - 62° Aniversario - 14 de Marzo de 2015
A la hora de nombrar a los grandes pilotos del Turismo de Carretera, Eusebio Marcilla es uno de ellos. A veinte kilómetros de Esperanza, en el año 1953, un 14 de marzo en un accidente en una carrera de autos, "La vuelta de la Provincia de Santa Fe", perdía la vida.

El poeta argentino, José Pedroni, le dedicó un verso: "El Caballero del Camino", en el lugar lo recuerda un monumento cubierto de placas. ¿Será por sus hazañas automovilísticas? No, precisamente.

El fatídico 14 de marzo de 1953, venía Eusebio Marcilla punteando una carrera tradicional de aquellos tiempos, "La Vuelta de Santa Fe", cuando en el tramo pavimentado entre Rafaela y Santa Fe, sobre la ruta Nacional Nº 166, en un "martillo", "donde tapa" para tomar la ruta Nacional 11, una curva a 90º a la derecha, un error de cálculo, un cambio que no entró, unos frenos que no fueron suficientes, nunca se sabrá... Derrapó el Chevrolet negro número 4 saliendo de la ruta y dio contra una columna de cemento del cableado de alta tensión, golpeando justamente sobre la puerta del conductor, envolviéndola.

Auxiliado por el competidor que venía detrás, Jorge Orduna, Eusebio Marcilla falleció camino al hospital. Lo acompañaba Miguel Salem que gracias a Dios no corrió la misma suerte.

Hay que tener en cuenta que esa cupé, con un considerable despeje del suelo, con ruedas altas y angostas, cubiertas y suspensiones duras, "preparada" en ese tiempo orillaba los 200 km/h, por primera vez usaba caja de cuatro marchas.

Era la época de los pilotos-preparadores, era muy buen mecánico y muy buen piloto, pero por sobre todo, un hombre cabal, hecho y derecho, destacado por sus virtudes humanas, por su sentido del deber. Representaba su ciudad: Junín.

En plena carrera, en 1940 paró para rescatar a los Hermanos Gálvez caídos a un precipicio. En 1948, en la gran carrera a Caracas (Venezuela) en tierra peruana vuelve a parar para rescatar a Fangio y su malogrado copiloto Daniel Urrutia, de no haber sido así hubiera sido ganador de ese tremendo esfuerzo, ya que llegó segundo por una diferencia menor que el tiempo que invirtió en ayudar.

Esas y otras actitudes le merecieron el título de 'Caballero del Camino', y más allá de sus virtudes conductivas o técnico-mecánicas (que indudablemente las tenía) resalta su hombría de bien. Valor tan escaso hoy en que los preguntadores de zonceras endiosan maleducados, desviados e irrespetuosos.

Eran épocas tan difíciles como estas, y sin embargo prefirió pelearla sólo, con mínimo apoyo, por no colocar el cartelito político de turno en boga por aquellos tiempos, por lo que como "contrera" le valió que su figura fuera prohibida en los medios de entonces.

Con justicia la ruta provincial 70 hoy lleva su nombre, es la misma en aquellos tiempos se llamaba Ruta Nacional Nº 166 y precisamente en su Km "0" una columna de hormigón esperaba que la cupe Chevrolet abandonara el asfalto para llevarse la vida de este ser humano de excepción.

¿De qué pasta estaba hecho ese hombre, que prefería perder la gloria del triunfo por dar una mano a un competidor, que tal vez en la próxima le arrebataría la victoria?. ¿Qué se ha perdido para que hoy escaseen tanto seres humanos de esta dimensión?. ¿Qué habrá templado el espíritu de este ser, que enfundado en un mameluco blanco manchado con grasa, no dudaba en hacer lo que consideraba su deber, postergando sus sueños y hasta su necesidad?. ¿Habría un asesor de imagen" iluminando su camino?. Seguro que no.