martes, 23 de septiembre de 2014

OCTAVIO JUSTO SUAREZ, EL "GORDO" BUENO

23 de septiembre de 1984 - 30º Aniversario - 23 de septiembre de 2014

Uno de los bastiones de la categoría más importante del país, piloto y directivo del Turismo Carretera, estampa de caudillo, y de hombre fuerte, logró recuperar y reverdecer al Turismo Carretera. Caía para siempre el 23 de Septiembre de 1984, en la ruta Provincial 74, metros antes del cruce de Scarminacci.

Octavio Justo Suárez nació el 6 de septiembre de 1932 en Lomas de Zamora. Desde adolescente las hazañas de su ídolo, Marcos Ciani, despertaron en él su afición por los fierros. En 1951 debuta en las pistas como acompañante de Juan Baviera en las Mil Millas Argentinas, y ya nada lo podía detener, de ahí en mas su anhelo máximo sería poseer su propio auto de carrera.

Su sueño se cumple recién en 1966 debutando en la Vuelta de Olavaria con una coupé Ford acompañado por su hermano Pedro. Habían nacido "Los Hermanos Suárez".

A partir de 1970 corre en Dodge y deben esperar hasta 1973 para recibir la bandera a cuadros en primer lugar: los triunfos en la Vuelta de Salto, Arrecifes y Pergamino enmarcan la mejor temporada de los Suárez en el TC. Al año siguiente repite la victoria en Salto.

Mientras no se corría en Turismo Carretera, había que seguir trabajado.

Los hermanos Suárez eran propietarios de dos colectivos en la línea 299 ( los internos 14 y 15 ) que hacían un recorrido desde la estación ferroviaria de Lanús hasta la de Banfield.

Cuando algún chofer de esos colectivos no podían trabajar por problemas personales, para que no quede esa unidad detenida, lo remplazaba Octavio o Pedro.

No hay que imaginarse mucho de la cara de los fanáticos del automovilismo Argentino, cuando subían a un colectivo y se encontraban que el chofer que le vendía el pasaje, era alguno de los dos hermanos Suárez.

Para hacer el recorrido de una estación a la otra, se tardaba 20 minutos, lo que le daba tiempo a los fanáticos de avisar a sus amigos de lo que vieron en un colectivo de la 299. Como es un recorrido corto el que hace esa línea, los fanas esperaban que dé la vuelta, para subir y poder hablar con ellos durante el viaje, de la última carrera.

En momentos del día que la línea 299 tenía pocos pasajeros, el que manejaba Suárez estaba lleno tanto a la ida como a la vuelta, a tal extremo, que por tantas veces que paraba en un viaje para subir o bajar a la gente, lo pasaban los tres colectivos que venían atrás, que supuestamente tenía que haber entre ellos unos cinco minutos de distancia

De esa manera viajaban juntos hasta el final del recorrido. Lo único que le faltaba a esos viajes eran las banderas de Dodge entre las ventanillas del colectivo.

Fue unos de los mentores de la autofiscalización 1979, y desempeño el cargo de Presidente de la entidad teceísta. La lucha política le quitaba tiempo para trabajar en el auto de carreras, pero asi todo a fuerza de pulmón seguía participando en cada carrera de TC.

Pocas semanas antes de su fatal accidente, 6 de septiembre de 1984, lograba la victoria en el semipermanente de La Banda, en Santiago del Estero.

SU ULTIMA CARRERA
La siguiente competencia se disputaba en Tandil la '1ra. Vuelta de Benito Juárez' que organizó el club Alumni con la colaboración del Tandil Auto Club.

Fue una mañana soleada, fresca y con el increíble trazado semipermanente serrano con clima de fiesta. La llegada del TC se vivía una semana antes y llegaba a su explosión el domingo con el paso de los autos.

Los aviones anticipaban la llegada a cada sector y la gente corría al alambrado o se subía a las camionetas y camiones para ver pasar a sus ídolos.

Cada vuelta en Tandil tardaba alrededor de diez minutos o más y la espera se matizaba escuchando Carburando para saber cómo se acomodaban las posiciones. Típica carrera de ruta. Una mezcla de Gran Premio con carrera moderna. Una aventura en un circuito espectacular, inolvidable, de 32 kilómetros.

Octavio Justo Suárez, uno de los dirigentes más importante que tuvo la ACTC corría con un Dodge.

Y en Tandil fue su última carrera, sufrió un fatal accidente en la ruta Provincial 74, kilómetros antes del cruce de Scarminacci. Era uno de los sectores más veloces, con curvas abiertas y montes cerca de los alambrados. Su acompañante, Norberto "Tito" Torre era rescatado con vida, no así el titular teceísta.

Suárez perdió la vida luego que su coupé Dodge se incendiara sin que se pudiera rescatarlo en medio de la ruta.

Fue el gran presidente del TC amateur, estandarte de la categoría para sacar a flote el Turismo Carretera, en momentos de extrema presión. Aferrado a su bohemia, a su amor por la velocidad y a su pasión por el TC. Corrió a pulmón, con muchos años de privaciones, de luchar junto a su hermano Pedro, esperando la hora del triunfo y de la gloria.

La ACTC, había decidido inaugurar un monolito en el lugar de accidente, pero el mismo remitido por la Asociación de Corredores, para instalarlo en el lugar donde perdiera la vida el recordado piloto de Banfield, fue llevado por su familia al Museo Juan Manuel Fangio de Balcarce.