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Felipe Massa concedió su primera entrevista en profundidad desde que sufrió el grave accidente en el GP de Hungría el pasado 25 de julio. El brasileño habló con el diario británico 'The Guardian' desde Sao Paulo, en una entrevista grabada en la que a juzgar por su voz, el piloto se encuentra en un estado muy positivo, tanto anímica como físicamente.
El propio Massa reconoce que su estado de salud es prácticamente óptimo. "En realidad, estoy bien. El único problema es que necesito una cirugía para cerrar un hueso en la cabeza que se han llevado porque estaba completamente dañado. Una persona normal puede vivir así sin problemas, pero un piloto no, por eso necesito la cirugía. Es la única razón que actualmente me impide correr", asegura el brasilero.
Pasado lo peor, Massa se siente optimista y prefiere mirar al futuro de forma positiva, quedándose con lo bueno de todo lo vivido. "Necesitas pensar sobre la suerte de diferentes maneras. Puedo pensar que soy desafortunado por los daños en mi cara, pero en realidad soy afortunado, todos los médicos me lo dicen, si el resorte me hubiera alcanzado un milímetro más a la derecha, habría perdido la vista, si lo hubiera hecho más a la izquierda, quizás tendría daños cerebrales, de modo que soy muy afortunado."
Como ya había dicho en alguna ocasión, Massa no recuerda nada desde el accidente hasta tres días después, ya en el hospital. "Recuerdo que me desperté. Tenía una máscara de oxígeno para ayudarme a respirar, y todo el rato me la quería quitar. Entonces mi mujer me la volvía a colocar. Había varios amigos que se reían al ver la escena. Entonces miré a mi esposa y le dije: ¡Qué dolor en el culo!. Rafaela miró a nuestros amigos y dijo: ¡No, es el mismo, es el mismo!".
Massa cuenta también cómo fue la primera vez que vio el accidente en televisión. "Para mi familia fue muy difícil, porque lo siguieron todo, pero para mí nolo fue tanto. En el hospital no veía nada del accidente, sólo tenía la televisión húngara, y sólo escuchaba que hablaban de lo que me había pasado, y para mí era extraño. Me preguntaba cómo pudo una pieza de otro coche hacerle esto a un hueso de mi cabeza", confiesa. "La primera vez que vi el accidente fue en casa. Había tenido otros accidentes que me habían perturbado mucho más. Cuando perdí los frenos en Mónaco en 2002 o cuando me estrellé dos veces en Barcelona. Esos accidentes me hicieron pensar. Pero el accidente de Hungría es algo que nunca había visto. Mi mujer me sugería que tal vez fuera el momento de dejarlo, pero yo le respondía que seguiría corriendo".
Y en eso está trabajando ya el piloto de Ferrari. "Ahora me siento el mismo de antes. Voy a ir a Europa para trabajar en el simulador y conducir en karts, y entonces sabré mejor si estoy al 100%".
