jueves, 1 de mayo de 2014

AYRTON SENNA, UN GRANDE ENTRE LOS GRANDES

01 de Mayo de 1994 - 20° Aniversario - 01 de Mayo de 2014
Muy pocos corredores lograron lo que él alcanzó, la admiración de un país, del mundo entero. De condiciones envidiables supo ganarse un lugar en el cerrado círculo de la F1 y destacarse como uno de los mejores. Velocidad y dominio fueron sus principales atributos, esos mismos que paradójicamente, lo subieron a un auto y lo alcanzaron hasta la muerte.

Ayrton Senna da Silva se hizo conocido por el apellido de su madre Neyde. Sin embargo, fue su papá Milton Guirando Theodoro Da Silva quien le contagió su pasión por el automovilismo. Ya a los cuatro años le preparó un karting con el motor de una cortadora de césped y le enseñó a manejarlo. Eran sus primeros pasos, los más importantes.
La familia estaba sorprendida por su facilidad para conducir, ya que vivía llevándolo a consultorios médicos por problemas motrices. No podía levantar nada sin que se le cayera y tenía serios inconvenientes para subir las escaleras. Pero nada podía alejarlo de lo que empezaba a ser su gran adicción: los autos.

A los nueve años un chofer amigo de la familia lo llevaba casi todas las tardes a practicar al autódromo de Interlagos. Senna quería correr pero no se lo permitían hasta que tuviera 14 años. Igualmente intervino en algunas carreras de incógnito y cuando cumplió la edad permitida debutó en el campeonato paulista. En su primer año logró el título, y unas temporadas más tarde (en 1977 y 1978) fue el rey sudamericano.
En 1981, Ayrton llenó sus valijas de ilusiones y partió a Europa. Los sueños empezaban a tomar mayor dimensión y el objetivo era claro: la F1. El brasileño se incorporó a la Fórmula Ford, en la que tardó tres competencias en vencer.

Al año siguiente consiguió los títulos británico y europeo de la categoría. Las miradas empezaban a acozarlo.

En 1983 su destino estaba en la Fórmula 3 inglesa, donde le arrebató el campeonato a Martín Brundle. McLaren y Williams le ofrecieron probar sus autos y, pese a que los impresionó, ninguno de los dos equipos lo contrató. Igual eso no le impediría conseguir un lugar en la grilla de la máxima categoría.

Toleman, una de las escuderías de segundo orden, que luego se llamaría Benetton, le ofreció una butaca. Y Senna no defraudó. Bajo una lluvia constante y en el difícil trazado de Mónaco terminó segundo detrás de Alain Prost cuando la carrera se suspendió. El siempre sostuvo que fue adrede ya que se le estaba acercando a pasos agigantados. Sería el comienzo de uno de los duelos más recordados, por su calidad y rivalidad, en la historia de la Fórmula 1.Sólo una temporada duraría en un equipo débil.
En 1985 lo contrató Lotus y en el Gran Premio de Portugal el 21 de abril, también sobre piso mojado, alcanzaría su primera victoria. Iba a ser el puntapié inicial de una trayectoria que hoy día es inigualable.

Y dicen que del amor al odio hay un solo paso. McLaren, esa escudería que lo había rechazado, será la que le otorgará la mayor de sus alegrías. Campeón en 1988, 1990 y 1991, los tres sobre el mismo chasis y con motor Honda. De ahí la simpatía que tienen los japoneses por el brasileño.

En sus diez años en la máxima categoría nunca dejaría de pelear los primeros puestos. Su especialidad estaba en las clasificaciones: obtuvo 65 poles en 161 Grandes Premios. "Él es el único que puede alcanzar mi récord de cinco títulos mundiales", decía Juan Manuel Fangio.

En 1994 arregló contrato con Williams sin saber que esa sería la peor de sus decisiones. En las primeras dos carreras no logró finalizar. La tercera era el Gran premio de San Marino y partía desde la primera colocación. Pero no era el mismo Senna de siempre.
El accidente de su amigo Rubens Barrichello, quien casi se mata, y la muerte en clasificación del austríaco Roland Ratzenberger le dieron un sacudón inusitado. "De ahí en adelante, nada volvió a ser normal", dijo Beatriz Assumçao, su asistente de prensa. En el arranque de la competencia, Ayrton tomó la punta. Un choque en la partida obligó el ingreso del auto de seguridad.

En el sexto giro el brasileño encaró la curva de Tamburello a 307 km./h. Pero su Williams siguió de largo e impactó contra el muro de contención. Los servicios médicos tardaron 20 segundos en llegar al lugar y le hicieron una traqueotomía para que pudiera respirar. Un helicóptero lo trasladaría al Hospital Mayor.

Su muerte fue anunciada a las 18 horas. En Brasil la gente lloraba por las calles. En el mundo la gente lloraba en sus casas. Uno de los mejores pilotos que dio la Fórmula 1 había dejado de existir.

Muchos extrañarán su habilidad sobre cuatro ruedas y dirán que el deporte es muy arriesgado. Ayrton Senna sabía de eso, pero su pasión era más fuerte. Siempre decía: "Algún día la muerte me va a llegar.

Puede ser hoy o dentro de 50 años, pero va a llegar".