Es un Dakar diferente, entre otras cosas por dos detalles: arranca en Perú y lo hace el 5 de enero, fecha a la que no estaba acostumbrada la competición. Algo diferente que los organizadores esperan sirva para mantener la expectación en Sudamérica.
Dos han sido los motivos para el cambio en el calendario. Por una parte, el hecho de que la mayoría de pilotos (a los que la organización sondeó durante el Dakar de 2012) prefieren pasar el Fin de Año en sus casas; por otra, el que el 1 de enero, fecha en la que comenzó la carrera en 2012, caía este año en martes, día que no acompañaba a que los aficionados convirtieran el Village de Lima en una auténtica fiesta.
Sí lo será con la partida oficial el sábado, con el verano y las playas limeñas como ingredientes extra en un menú ya de por sí atractivo que llegará en las próximas dos semanas a 190 países a través de 70 cadenas de televisión
