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Felipe Massa tuvo que retrasar sus vacaciones después de rodar en Malasia. El brasileño tenía planeado irse a Brasil a descansar unos días, pero Ferrari lo citó inmediatamente a Maranello para someterse al riguroso análisis de los ingenieros respecto a sus actuaciones en Albert Park y Sepang.
Los técnicos ferraristas trataban de buscar explicaciones a la repentina y exagerada degradación de los neumáticos en la última parte de la cita malaya. Eso sirvió como excusa por parte del piloto para justificar su mal
resultado. Felipe también tuvo tiempo de machacarse en el gimnasio y en el simulador. Cree que aún está a tiempo de revertir toda esta adversa situación y se ha impuesto una disciplina aún mayor.
Mientras, en Ferrari sigue confiando en él. Stefano Domenicali, el director deportivo, volvió a sacar la cara por él. "Hace cuatro años, Räikkonen también ganó en Malasia con lo que está en una situación parecida. Estamos listos para ayudarle en todo lo que necesite", dijo.
En tanto, no dejan de salir oportunistas dispuestos a aprovechar la crisis del brasileño. Adrian Sutil, sin lugar desde que Force India lo dejó a pie, ve en un eventual despido de Felipe una oportunidad para regresar al Gran Circo.
El alemán confía en una carambola: el despido de Massa, que Sergio Pérez ocupe su puesto y quede una vacante en Sauber. "Este es un auto que se adaptaría muy bien a mis características", comentó.
