..:: Largaron ::..
Día por día, reviviremos según las crónica de la
época, cómo transcurrió esa descomunal carrera en Nürburgring con el
andar de los Torino y sus principales rivales.
Las primeras horas fueron de estudio, de acomodarse a un largo camino
de tres días y medio sin parar. A los pocos minutos de la pre-largada,
el lote de punta pisó la recta opuesta y el orden era el siguiente: el
Porsche 11 (Haushen-Linge-Steckkonig), el Ford Capri 7
(Glemser-Piot-Schenken), el Torino 2 (Perkins-Canedo-Cupeiro), el Torino
3 (“Larry”-Franco-Copello) y el BMW 2002 de Van Dijck-Carlens-Symens,
algunos metros delante del Torino 1 de Galbato-Fangio-Di Palma.
El recorrido del primer giro demandó 14m56s, y el Porsche antes
mencionado seguía marcándole el camino al Capri, y un minuto detrás
estaban "los nuestros" enfilados como 2-3-1 y marcando 15m30s de acuerdo
a lo previsto, luego un par de "Beemes" y los Lancia oficiales.
A las 3.10 de la madrugada, paró Galbato (N° 1) y fue relevado por Di
Palma, luego se detuvieron el "3" de “Larry" para ingresar Copello y
el "2" de Perkins, dejando el volante a Cupeiro, todos sin novedades y
entrando en confianza con el auto y con la pista.
A las 4 se largaba oficialmente la competencia y al cumplirse 10
vueltas efectivas, Gastón Perkins pasó raudamente en punta, lo seguían:
Eduardo Copello, Dieter Glemser (Ford Capri), Khausen (Porsche 911),
Kelleners (Mazda R100), Kallstrom (Lancia HF), Enever (Mazda R100),
Munari (Lancia HF), Katakura (Mazda R100) y Carlens (BMW 2002).
A las 6.30, el equipo argentino que comandaban Juan Manuel Fangio y
Oreste Berta, le avisó a Di Palma que se detenga para darle el volante a
"Cacho" Fangio y reabastecerse; unos veinte minutos más tarde, llegó la
detención de Perkins por Canedo y Copello por Franco, luego de llenar
el tanque de nafta.
El ánimo de los argentinos se entonaba por el abandono de un rival
fuerte, el Porsche 911 conducido por Steckonnig entraba a boxes con
graves daños de carrocería y estaba fuera de carrera.
El Torino N° 2
de Cupeiro-Perkins-Rodríguez Canedo había cumplido 27 vueltas, pero las
computadas eran 23 al despistarse cuando manejaba "el Chino" y torcía
dos llantas, el reemplazo demoró 3m40s.
Llegaba la lluvia.
El mal tiempo, junto con la niebla, se depositó en la recta
principal. Entonces había que aflojar el ritmo y de girar en 15 minutos
por vuelta, se pasó a caminar en 16 minutos, pero Rodriguez Canedo
seguía fuerte para recuperar lo perdido.
Cupeiro se puso al volante del N° 2 y las condiciones del circuito se
volvieron imposibles, el agua acumulada era un enemigo implacable y en
una curva el auto argentino se fue de largo y quedó colgado con las
ruedas motrices en el aire. Los intentos por sacarlo fueron inútiles y
el abandono fue la sentencia inapelable (foto).
A las 12 del mediodía, el Lancia Fulvia HF N° 39 se cayó del camino,
rompiendo el tren delantero y también debe desertar; el Torino 3 seguía
en punta y debía mantener la posición con un rendimiento mejor del
esperado y comenzando a sorprender. Al final la lluvia fue un enemigo
relativo, porque al bajarse el ritmo el consumo de todo el conjunto fue
menor, neumáticos, y frenos fundamentalmente.
El primer balance.
Luego de 15 horas de carrera, había solamente 10 abandonos, la lluvia
torrencial cesó y la pista fue mejorando su estado. Los cambios de
piloto se fueron sucediendo durante la tarde y todo se encaminaba a la
primera noche completa de carrera.
Algunos autos importantes, como el Lancia del campeón de rally Sandro
Munari se detuvo para soldar el caño de escape, este elemento era
determinante de penalizaciones si excedía el nivel de ruido; luego lo
hizo uno de los Datsun oficiales y tras un service completo de frenos,
electricidad, y amortiguadores, tareas que le demandaron 14m58s, el auto
japonés estuvo a sólo 2 segundos de quedar eliminado.
El otro auto del equipo Datsun hizo su detención programada para
cambio de piloto, pero una chispa provoca un enorme incendio al lado del
box argentino, hasta que Oreste Berta -matafuegos en mano- logra
comenzar al extinguirlo, pero el siniestro acabó con los dos autos
nipones en un instante.
Al llegar la medianoche, cerca de cumplirse las primeras 24 horas, el
equivalente de 85 vueltas, el director deportivo de la Misión
Argentina, Juan Manuel Fangio, indicó que se bajen los 15 minutos por
vuelta para contrarrestar el andar del Ford Capri que lo hacía en
veloces 13m30s.