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Carl Edwards volvió a la victoria al imponerse en las
Food City 500 que la NASCAR disputo en el Bristol Motor Speedway, donde
la lluvia fue nuevamente protagonista para complicar aun mas una
exigente competencia.
“Trabajamos muy fuerte la
noche antes de la carrera porque el auto estaba terrible en las
prácticas. Hemos estado luchando últimamente, por eso venir, ganar y
correr muy fuerte ante el resto de los Fords era muy grande”, comentó el
integrante del Roush Fenway Racing, que consiguió su 22° triunfo en la
categoría. La última victoria había sido en la primera visita a Phoenix
del año 2013.
Sin
embargo, lo fue sencillo. Su dominio fue amenazado sobre el final, ya
que faltando menos de tres vueltas para completar los 500 giros
pactados, las luces de bandera amarilla se encendieron sin razón alguna;
Robin Pemberton, Vicepresidente de Competición de la serie, dijo
después de la carrera que se debió a un error humano. “Uno de los
banderilleros encendió el switch de la bandera amarilla”, declaró. No se
volvió a reiniciar la competencia por la lluvia que se habia
intensificado.
Los incidentes no se ausentaron:
en el primer cuarto de carrera, varios autos sufrieron con la condición
de las llantas, ya que se reventaban constantemente, como fue el caso de
Casey Mears y los hermanos Martin y Ryan Truex; asimismo, muchos de los
pilotos que lideraron a lo largo de la prueba, como Jimmie Johnson,
Brad Keselowski y el líder del campeonato Dale Earnhardt Jr., sufrieron
de estos problemas.
Danica Patrick, quien chocó
durante los entrenamientos del viernes, se pegó con Cole Whitt en el
giro 157, en el que también Matt Kenseth y Timmy Hill también recibieron
un golpe, pero la integrante del Stewart-Haas Racing se repuso para
terminar en 18°; más tarde, en la vuelta 333 Michael McDowell golpeó a
David Ragan, quien hizo un trompo, y faltando 105 giros Kyle Busch, otro
de los tantos líderes que tuvo inconvenientes, trompeó en la curva 2 y
casi provoca un accidente aparatoso, porque los autos cercanos pasaron
muy cerca del #18; el único que lo alcanzó a golpear fue, para su mala
suerte, su hermano Kurt, quien rompió parte de la suspensión y perdió 27
vueltas en los boxes.
Kevin Harvick protagonizó
quizá el accidente más espectacular del día. Tras un viernes complicado
en cuanto a la puesta a punto de su bólido #4, una vez más se recuperó y
tuvo el auto a vencer sobre el final de la carrera, pero al ir en
segundo lugar en la vuelta 452, fue víctima de una pieza de basura que
le cortó un cable de aceite e incendió su máquina. Fue el tercer
accidente del año para Harvick, quien ganó hace dos semanas en Phoenix y
ahora se ubica en el lugar 21 en la tabla de puntuación.
Esto
le permitió a Edwards escaparse de sus rivales más cercanos, como su
coequipero Ricky Stenhouse Jr. y el hombre de Richard Petty Motorsports,
Aric Almirola, quienes con su respectivo segundo y tercer lugares
obtuvieron su mejor resultado en su trayectoria en la Sprint Cup. Tony
Stewart, quien ha tenido un lento inicio de temporada, llegó cuarto, su
primer Top 5 desde Indianapolis en julio. Marcos Ambrose llegó quinto,
algo que no obtenía desde la visita que la categoría hizo en agosto de
2012.
Fue un gran día para los autos con motor
Ford, que iniciaron mal la temporada pero que ahora llevan dos semanas
consecutivas con victoria. En Bristol, cuatro de los primeros cinco
sitios representaron a la “marca del óvalo”, una semana después de que
el último de los nietos vivientes del fundador de la marca, el William
Clay Ford Sr., falleciera a los 88 años.
La
carrera también vio una destacada actuación del novato Kyle Larson,
quien estuvo peleando por el liderato con Kenseth en la segunda mitad de
la carrera, y quien obtuvo su primer Top 10 en la serie; mientras tanto
Keselowski, al terminar en 14to sitio, se puso en el liderato del
puntaje por primera vez desde que se coronó en la serie en 2012, ya que
Earnhardt sólo pudo llegar en 24to, su primer final fuera del Top 20
desde su abandono en Chicagoland, en la apertura de los playoffs del año
pasado.