Luego de la noticia que alegró al
mundo entero, las especulaciones sobre el estado de Michael Schumacher
encontraron bandera verde. Si bien lo único seguro es que ya no está en
coma, tal como anunciaron con un comunicado, el diario Bild asegura que
"pesa 55 kilos" y que “no puede hablar todavía, pero responde a las
voces".
Según el
diario alemán, "habla con sus ojos y reacciona ante Corinna (su mujer)
de un modo mucho más fuerte que ante cualquier otra persona”. Algunas
fuentes precisan incluso que Schumi puede oír y que responde al tacto.
Sin
embargo, los médicos son más que cautelosos . "Con rehabilitación
tratarán de entrenarlo para afrontar esas debilidades, para que consiga
tener una normalidad lo máxima posible. Si ha tenido una lesión
cerebral, va a tener debilidades en sus limbos, secundariamente a la
pérdida de función cerebral. Tendrá problemas de habla y deglución",
declaró el doctor Tipu Aziz, neurocirujano de la Universidad de Oxford.
En
la misma línea, el doctor Ganesh Bavikatte comentó que está claro que
"hay signos esperanzadores". "Él está físicamente en forma, es
relativamente joven y asumo que no ha tenido muchos antecedentes
médicos", destacó.
Si
bien los pronósticos más optimistas son los que todos queremos
escuchar, la realidad muestra un futuro poco promisorio para el múltiple
campeón de Fórmula 1. El neurocirujano alemán Andreas Pingel, admitió:
"Sólo entre el 10 y el 30 por ciento de los pacientes en la situación de
Schumacher tienen disfunciones que son tolerables". Del mismo modo, el
doctor Andreas Ferbert, presidente de la sociedad alemana de neurología,
agregó: "Michael podría no estar en un estado despierto, sino en un
estado vegetativo permanente".
Lo
único cierto es que Schumacher dejó el hospital de Grenoble en el que
se mantenía desde el pasado 29 de diciembre tras el accidente de esquí
que sufrió en la estación de Méribel, producto del cual padeció un
traumatismo craneoencefálico que obligó al coma inducido.