No fue un domingo más. Fue el domingo esperado por
Mariano Werner. Fue el domingo de revancha, esa revancha que cada
domingo te da el automovilismo. Fue ese domingo señalado por el destino
para quedar en la historia. Después de muchos años el TC volvía a
Concordia y para no desentonar debía ser propiedad de un entrerriano.
Así lo dispuso el destino y así lo dispuso el excelente trabajo que hizo
todo el equipo de Werner entregándole un auto ganador.
Mariano
solo debió liberar todo su talento bajo la lluvia. El mismo que mostró
en Junín. El mismo que este domingo se vio desde la serie saltando de la
cuarta posición al segundo lugar para luego superar a Silva en la
batería y ser el ganador del parcial adjudicándose la posibilidad de
largar desde la primera fila de la final.
Allí
se empezó a escribir esta crónica. La del ganador. La del piloto de Ford
que rápidamente hizo diferencias en la largada de la competencia
producto de una estrategia asumida por Gianini. El piloto de Salto que
largó segundo lo dejó escaparse a Werner producto de la mala visibilidad
que tenía ya que su limpia parabrisas no funcionaba.
Entonces
la danza del ingreso del auto de seguridad empezó a tallar en la
carrera. Primero ingreso a pocas vueltas del inicio. Mientras Aventin y
Pernia visitaban los boxes con diferentes inconvenientes.
La
competencia se puso en marcha nuevamente y duro algo más que un
suspiro. Mangoni se pasa en la curva dos y termina en la banquina
obligando al ingreso del auto de seguridad nuevamente.
Cuando
apareció la bandera verde Mariano Werner hizo una gran diferencia sobre
Gianini que peleaba duramente con Ardusso. El Ford del entrerriano se
mostró siempre contundente. Viajaba solo y adelante, esa combinación le
permitía poder realizar vueltas tan rápidas que se daba el lujo de
marcar el record.
Pero el auto de seguridad hizo su aparición nuevamente y por tercera vez desaparecieron todas las diferencias.
Las
difíciles condiciones del clima mostraron su perfil más complicado.
Apenas se relanzaba la carrera otra vez los inconvenientes hicieron que
el auto de seguridad tenga plena participación sobre la competencia. En
esta oportunidad fue por el despiste de Matías Jalaf y otra vez la final
neutralizada.
La carrera se relanzaba y
nuevamente Ginini le daba una diferencia importante al puntero Werner.
Esta situación puso incomodo a Facundo Ardusso. El problema de Gianini
fue la falla del limpiaparabrisas por lo que fue penalizado y debió
ingresar al sector de boxes.
Pero el daño ya
estaba hecho. Mariano Werner se había alejado algo más de siete segundos
y prácticamente definió allí el pleito. Con pocos minutos por delante
para que se cumpla el tiempo estipulado la final parecía tomar el cauce
normal. La lluvia desapareció y una vaga huella se fue formando en el
pavimento.
A esta altura el destino ya había
cerrado sus puertas y le entregaba a Mariano Werner el triunfo. Pero
atrás la cosa no estaba definida. Matías Rossi de gran remontada atacaba
primero a Angelini y luego a Sergio Alaux buscando quedarse con el
tercer lugar. La lucha fue dura al punto de retrasar al piloto de Del
Viso y dejarlo tercero a Sergio Alaux y a Juan Marcos Angelini visitando
la banquina a pocos metros de la llegada.
Werner
ganó bajo una lluvía que nunca quiso perderse el espectáculo que brindó
el TC y fue protagonista excluyente de la cuarta final de un campeonato
que poco a poco se va poniendo tan apasionante como el amor entre la
gente y el Turismo Carretera.