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El 29 de agosto de 2004 el alemán Michael Schumacher consiguió una
hazaña en la historia de la Fórmula 1 al conquistar su séptimo título en
la categoría. Sin embargo, el estado de salud del Kaiser, que el pasado
29 de diciembre sufrió un accidente mientras esquiaba que le provocó
lesiones cerebrales, impide cualquier celebración.
En aquel GP de Bélgica de hace diez años, el entonces piloto de Ferrari
hacía realidad una nueva hazaña en Spa-Francorchamps, su circuito
preferido. Con siete títulos, Schumi ampliaba su récord de campeonatos
en la Máxima y agigantaba aún más su leyenda.
A una década de aquella hazaña, sus fanáticos esperan ahora un milagro
diferente de Schumacher, que afronta una larga recuperación tras el
grave accidente que sufrió. A diferencia de otros años, el piloto alemán
no estuvo el último fin de semana en el Gran Premio belga. Sin embargo,
allí marcharon hace unos meses cientos de seguidores suyos para
enviarle fuerzas en su recuperación.
Desde mediados de abril, Schumacher se encuentra en una clínica en
Lausana, Suiza, tras ser despertado del coma inducido en que se
encontraba desde el accidente. Su estado de salud, sin embargo, sigue
siendo un misterio. "Ahora comienza una fase que probablemente requerirá
mucho tiempo", escribió hace un mes su esposa, Corinna Schumacher, en
una carta de agradecimiento a los aficionados.
La recuperación de Schumacher, de 45 años y padre de dos hijos,
continuará en la más estricta intimidad. Nadie se anima a aventurar aún
cuáles podrían ser las secuelas tras golpearse la cabeza con una roca
mientras esquiaba en el centro francés de Méribel.
Lo que no parece en peligro es la interminable admiración por sus
actuaciones al volante. En aquella carrera de 2004 en Spa, al alemán le
bastó un segundo puesto por detrás del finlandés Kimi Räikkönen para
conseguir su séptimo título mundial y el quinto consecutivo con Ferrari.
Nadie estuvo tan acostumbrado a los éxitos y los títulos como
Schumacher, pero para el piloto alemán nunca se convirtieron en una
rutina. El séptimo campeonato fue un logro que conmovió al alemán.
"Todavía no puedo soltar la alegría. Eso necesita tiempo", confesó en
aquel momento.
También miraba por el espejo retrovisor al legendario argentino Juan
Manuel Fangio y sus cinco títulos en la década de 1950, una marca que
nadie pudo superar aparte del alemán.
Los primeros dos campeonatos de Schumacher llegaron en 1994 y 1995 con
Benetton, pero fue en Ferrari donde brilló con cinco títulos
consecutivos, el último de ellos logrado precisamente en el Gran Premio
número 700 para la escudería italiana.