Agustín Canapino le devolvió la sonrisa a Peugeot al
ganar de punta a punta la quinta final de la temporada del Súper TC
2000, en el autódromo Provincia de La Pampa donde se destacó durante
todo el fin de semana. Leonel Pernía y Matías Rossi completaron el
podio.
Si bien largó desde la posición de
privilegio, no le fue fácil afirmarse adelante con el Peugeot 408 porque
en la largada amenazó Facundo Ardusso con arrebatarle la punta.
"Largamos con Pernía y cuando llego a la "uno" sentí un empujón de
atrás, vi un auto rojo y pensé que era Rossi pero era Ardusso que nos
pasó como parados. Se pasó y quedo adelante", sintetizó el arrecifeño
que una vez adelante se dedicó a acelerar.
"Después
tuve la suerte que después se quedó y me la hizo un poco más fácil",
admitió Canapino, que condujo sin sobresaltos rumo a su primera victoria
con Peugeot y la tercera dentro del Súper TC 2000.
Ardusso
se había colocado segundo tras esa asombrosa largada pero un
inconveniente en el cigüeñal lo obligó a abandonar su lucha en las
primeras vueltas de carrera, siendo víctima de un fin de semana para el
olvido de Fiat. Y es que Mariano Werner también tuvo que desertar por
rotura de motor.
Nada mejor para Leonel Pernía y
Matías Rossi que accedieron al segundo y tercer puesto para completar
el podio de la quinta fecha.
Norberto
Fontana terminó cuarto y se afirmó en la cima del campeonato, aunque
ahora lo sigue desde la segunda colocación Agustín Canapino. El ganador
de hoy, que se dio el lujo de dedicárselo a su padre, Alberto. "Esta
victoria es en especial para mi viejo. Sólo él y yo sabemos lo que
vivimos, me enseñó mucho y regalársela en el día del padre es soñado",
declaró, emocionado, uno de los tantos hijos que Arrecifes le regaló a
la historia del automovilismo argentino.