Bernie Ecclestone, dueño de los
derechos de comercialización de Fórmula 1, se enfrentará a partir de
mañana un juicio por un caso millonario de corrupción. El patrón de la
F1 deberá hacer escalas periódicas en Múnich, donde se defenderá a los
cargos de soborno a un funcionario público y de instigación al fraude
agravado. La pena máxima a la que se expone son diez años de cárcel.
El
británico de 83 años está acusado de haber pagado 44 millones de
dólares al ex directivo del banco semipúblico BayernLB Gerhard
Gribkowsky para conseguir la venta de los derechos de transmisión de la
Fórmula 1 en posesión de la entidad al fondo inversor CVC. La operación
habría garantizado a Ecclestone el control sobre la Fórmula 1.
Un
total de 26 vistas que se extenderán hasta septiembre están previstas
en el proceso que comenzará mañana rodeado de máxima expectación
internacional. Ecclestone debe asistir a las audiencias, pero tiene
autorización de abandonar Múnich cuando no tengan lugar. "El juez fue
muy amable. Debo estar unos pocos días en Múnich, lo que me permite
seguir viajando a las competencias", señaló en una entrevista televisada
hace pocos días en Alemania.
Ecclestone
conoce ya al juez Peter Noll, ante el cual declaró durante dos días
como testigo en el proceso al antiguo ejecutivo bancario Gribkowsky a
finales de 2011. Gribkowsky fue condenado a una pena de cárcel y es
ahora el principal testigo contra Ecclestone.
Tras
meses de silencio, Gribkowsky admitió ante el tribunal haber recibido
dinero de Ecclestone y fue sentenciado a mediados de 2012 a ocho años y
medio de cárcel. El juez Noll afirmó al leer la sentencia que Ecclestone
"lo había llevado a delinquir".
Ecclestone
y Gribkowsky se conocieron cuando el banco alemán quería desprenderse
de su participación mayoritaria en la serie de Fórmula 1 en 2006.
Gribkowsky era responsable del control de riesgos en el banco y su tarea
era obtener el mejor precio por los derechos de transmisión.
Según
la fiscalía, Ecclestone temía perder el poder de la Fórmula 1 y pagó
los 44 millones a Gribkowsky para que favoreciese a su candidato
preferido, el fondo inversor CVC son sede en Luxemburgo, algo que
finalmente ocurrió.
Ecclestone,
conocido por su tendencia a evitar gastos innecesarios pese a su
abultada fortuna, pagó a Gribkowsky con dinero del mismo banco alemán
unos 41 millones de dólares de honorarios que le cobró por tareas de
asesoramiento para la venta de los derechos.
El
patrón de la Fórmula 1 negó los cargos y asegura no haber cometido
ningún delito. Alega que en realidad fue extorsionado por Gribkowsky con
la amenaza de ser denunciado ante el fisco británico por unas prácticas
fiscales supuestamente dudosas.
Ecclestone
se mostró ante todo fastidiado con el juicio. "Es sólo una parte muy
pequeña de mi vida. Y no debería jugar un papel importante. Pero en
estos momentos me está costando mucho tiempo". El británico espera
aclarar todo y seguir a cargo de la Fórmula 1.
En
caso de ser declarado culpable podría ser sentenciado hasta a diez años
de cárcel. El fondo CVC al parecer desistirá de sus servicios si es
probada su culpabilidad.