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La Fórmula 1 atraviesa una profunda crisis de neumáticos después del
"explosivo" GP de Gran Bretaña: el debate sobre un boicot a la próxima
carrera en Nürburgring crece por la preocupación de los pilotos por la
seguridad y la FIA pide explicaciones a Pirelli.
La FIA (Federación Internacional de Automovilismo) anunció que se
reunirá de urgencia el miércoles para tratar el asunto, al tiempo que su
presidente, el francés Jean Todt, pidió rápidas soluciones al
fabricante italiano de neumáticos.
El dueño de los derechos comerciales de la Fórmula 1, el británico
Bernie Ecclestone, aseguró este lunes después de una reunión con Todt
que Pirelli podrá realizar seis jornadas de tests sin ninguna
restricción para intentar aplacar el problema.
"Podría haber habido graves accidentes, pero tenemos que ser cautelosos y
saber exactamente qué es lo que no funcionó antes de decir nada más",
señaló Ecclestone. Sin embargo, si no hay ningún cambio para el fin de
semana los pilotos se podrían poner en huelga.
"Discutiremos seguro sobre ello. Lo podríamos hacer por nuestra
seguridad", señaló el brasileño Felipe Massa, uno de los perjudicados
por los reventones el domingo sobre el asfalto de Silverstone. "Fue muy
peligroso. Pensé en detenerme. No sabía que tenía que poner mi vida en
riesgo por estos malditos neumáticos", señaló un enfurecido Lewis
Hamilton tras el GP de Gran Bretaña.
Mark Webber, que finalizó segundo, describió lo ocurrido como "una
ruleta rusa" en la que las espectaculares explosiones de neumáticos y el
desconcierto amenazaron con suspender la carrera.
"Fórmula Riesgo",
tituló hoy el diario La Repubblica. "La Fórmula 1 hecha pedazos",
escribió por su parte Le Figaro.
La situación recuerda irremediablemente al Gran Premio de Indianápolis
de 2005, cuando sólo los tres equipos con ruedas Bridgestone
compitieron. Los otros siete equipos, que llevaban gomas del fabricante
Michelin, se retiraron después de la vuelta de formación como queja
contra la falta de seguridad. "No queremos un nuevo Indianápolis",
señaló el jefe deportivo de McLaren, Martin Withmarsh.
Desde que comenzó la temporada 2013, existió el debate sobre los
neumáticos Pirelli. Unos equipos se quejaban de que se desgastaban muy
rápido y pedían cambios. Otros, en cambio, estaban contentos. Sin
embargo, ahora se trata de la seguridad y la vida de los pilotos.
"Por supuesto que fue arriesgado", reconoció Nico Rosberg después de
ganar en Gran Bretaña por delante de Webber y el español Fernando
Alonso. "Tienen que analizarlo, algo así no es bueno para la Fórmula 1",
agregó el piloto de Mercedes.
Pero, ¿qué puede hacer Pirelli antes de que el viernes comiencen en
Nürburgring los entrenamientos libres? "Hemos visto algo que no
entendemos", dijo el jefe de deportes de motor de Pirelli, Paul Hembery.
"Tuve miedo", dijo Alonso, que subió a su cuenta de Twitter una foto de
su coche intentando adelantar a Sergio Pérez a casi 300 kilómetros por
hora mientras la rueda del mexicano salta por los aires.
"Tuve suerte, me pasó a pocos centímetros". "Arriesgamos nuestras vidas y
si vuelve a pasar no queremos que nadie muera", lanzó Pérez. Los
equipos están de acuerdo en que hay que hacer algo. "Propondría regresar
a los antiguos neumáticos", dijo el director de Red Bull, Christian
Horner.
Pirelli tendrá un trabajo a contrarreloj hasta el viernes, cuando los
pilotos regresen al asfalto. Hasta entonces, cuatro días para estudiar
los problemas, proponer soluciones y aplacar un debate que crece cada
instante.