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El español Fernando Alonso ganó el GP de China de Fórmula 1 y es el
líder provisional del campeonato. El piloto de Ferrari hizo una gran
carrera y se benefició de la mala suerte de sus rivales así como de una
gran estrategia de conservación de sus neumáticos. Detrás de Alonso se
ubicaron Kimi Raikkonen y Lewis Hamilton.
El alemán Sebastian Vettel (Red Bull), líder del Mundial, fue cuarto,
por delante del inglés Jenson Button (McLaren) y del brasileño Felipe
Massa, que ocuparon los puestos quinto y sexto. Séptimo terminó el
australiano Daniel Ricciardo (Toro Rosso), por delante del escocés Paul
di Resta (Force India). El francés Romain Grosjean (Lotus) y el alemán
Nico Hülkenberg (Sauber) también entraron en los puntos, al finalizar
noveno y décimo, respectivamente.
Alonso logró la trigésima primera victoria de su carrera y con su
triunfo de hoy, el doble campeón mundial igualó la cuarta marca
histórica de victorias en Fórmula Uno del inglés Nigel Mansell.
El español, que realizó tres paradas en boxes, arrancó muy bien desde la
tercera plaza y superó en la partida a Raikkonen, rebasado también por
Massa, que acabaría quinto, confirmando el sensacional momento de la
escudería Ferrari, que vuelve a vislumbrar posibilidades reales de
gloria. Los dos pilotos de Ferrari adelantaron al unísono, antes de la
primera curva de la quinta vuelta, a Hamilton, que había largado
primero, tras haber logrado el sábado su vigésima séptima 'pole'.
A partir de ahí, Alonso gestionó a la perfección la prueba, se unió a
Hamilton (que lo había hecho en 2008 y 2011) en su condición de único
doble ganador en Shanghai; y, lo más importante de todo, igualó las 31
victorias que logró Mansell, campeón mundial en 1992.
Alonso festejó la victoria -la décima con Ferrari, a las que suma 17 con
Renault y cuatro con McLaren- en una "carrera fantástica, de principio
al fin", como él mismo indicó en la ceremonia del podio, que ofició el
expiloto escocés David Coulthard.