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Con la partida por primera vez en Lima el 5 de enero próximo en las
costas del Pacífico, en su edición n° 35, el Dakar tomará una
trayectoria norte-sur que guió durante mucho tiempo otros itinerarios,
pero que sigue siendo inédita desde la llegada de la competencia a
América del Sur en el 2009.
Esta nueva orientación se acompaña de una
innovación deportiva posible gracias a la geografía de Perú: los pilotos
y los equipos enfrentarán las dunas desde los primeros días de la
carrera. La primera secuencia de desierto continuará en Chile, luego
tras el cruce de la Cordillera de los Andes se probará la resistencia de
los competidores en las etapas argentinas tan exigentes como suntuosas.
San Miguel de Tucumán marcará el descanso después de ocho días de
carrera y dará la largada de la etapa más larga del rally, justo antes
de un tríptico arenoso con las dunas de Fiambalá y de Copiapó. Será
suficiente para efectuar una última selección y provocar repercusiones,
antes de homenajear a los héroes en Santiago el 20 de enero.
El rally comenzará el 5 de enero en Lima y, tras un prólogo de 15
kilómetros cronometrados, pondrá rumbo a Pisco, que recibirá la segunda
etapa, con 242 kilómetros de especial entre dunas redondas y un
recorrido propicio para la navegación.
Al día siguiente, la caravana llegará a Nazca tras una etapa con
dificultad decreciente, con 80 kilómetros muy duros al principio y menos
dificultad al final.
Una especial larga, de 300 kilómetros, llevará al Dakar hasta Arequipa,
con dificultad creciente y un duro enlace, lo que provocará que los
últimos participantes lleguen a la meta con la noche cerrada.
Por ello, los organizadores han previsto para el día siguiente una etapa
más ligera, antes de que el 10 de enero retorne la dureza con una
jornada entre Arica y Calama, con dos tramos cronometrados, muy arenoso
el primero y más rodador el segundo.
Llegada a Argentina:
Al día siguiente el rally entrará en Argentina, pasando por el punto más
alto que nunca ha recorrido la carrera, a más de 4.000 kilómetros, una
etapa en la que la dificultad estará muy repartida.
Los participantes en la categoría de motos tendrán su especial maratón y
llegarán a un punto diferente de los de coches.Dos especiales aguardan a
los pilotos en la jornada siguiente, entre Salta y San Miguel de
Tucumán, la primera más rodadora y arenosa la segunda, en vísperas de la
jornada de descanso.
Etapa más larga
El rally vivirá al día siguiente la especial más larga, de casi 600
kilómetros, con llegada a Córdoba, antesala de una jornada muy técnica
con final en La Rioja.
La etapa de Fiambalá, lugar ya conocido por el Dakar, estará muy
pendiente del clima, porque si se registran las duras temperaturas de
las últimas ediciones puede marcar la carrera. En su primer año en
América Latina, el rally conoció en esas pistas numerosos abandonos por
culpa del calor.
Chile, última estación
La entrada del rally en Chile estará marcada por una nueva travesía de
los Andes y la llegada al desierto de Atacama, donde los organizadores
han buscado la mayor dificultad posible, con mucha arena y dunas en el
recorrido.
Dos especiales al día siguiente, con meta en La Serena, pondrán fin a las dificultades del rally.
Quedará solo ya la especial de 15 kilómetros en Valparaíso y la llegada
del ganador a Santiago de Chile, donde el podio estará instalado junto
al Palacio de la Moneda.